Él y su mujer Maite Figeroa eran conocidos como los Cuquis.
Eran la típica familia rica con sus tres hijos, Carlota, Nano y Rodrigo. Todo
iba bien hasta que Maite le puso los cuernos y tuvieron un hijo, ojos de pollo.
Amador pidió la baja por paternidad y en el trabajo lo cambiaron por una
planta. Entonces fue todo una catástrofe total. Amador trabajó como barrendero,
y los vecinos lo llamaban el “limpiacacas”. Se pasa todo el día en el bar con
sus amigos "los leones". Ha tenido muchos trabajos y ninguno ha tenido éxito. Maite y
él se pasan el día enfadados. Se acaban separando y Amador no paga la pensión. Al
cabo del tiempo se casan otra vez pero acaban pasando el uno del otro. Maite se
va a la cárcel y Amador se queda en Montepinar. Cuando llega Maite lleva una
pulsera y vive en casa de Raquel y Nines. En estos momentos el estado tiene a
sus hijos.
http://www.periodistadigital.com/imagenes/2014/10/04/amador-rivas.jpg
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